3 Formas de ser más Sensibles

La sensibilidad es, a diferencia de lo que muchos piensan, una fortaleza y no una debilidad. Ser más sensibles nos permite conectar con el momento presente y así, poder vivir con mayor felicidad y plenitud. Además, es la mejor forma de conocerte a ti mismo. Estar buscando ser un poco más sensibles, ya sea para mejorar tu calidad de vida, conocerte, tener mejores vínculos, ya es un gran paso, así que debes estar orgulloso de ti.

Beneficios de ser sensibles

Ser más sensibles equivale a ser más valientes, más reales, más auténticos y tener una mayor inteligencia emocional. Se habla mucho de las personas altamente sensibles y sus características. La realidad es que son personas que a la larga, se ven beneficiadas por su forma de vivir la vida. Algunos de los beneficios característicos de vivir con mayor sensibilidad son:

  • Tener mejores relaciones amorosas
  • Ser más atractivo frente a los demás
  • Generar empatía y confianza en los otros
  • Conocerte mejor a ti mismo
  • Tener verdadera autoestima
  • Potenciar tus relaciones sociales
  • Comunicarte con mayor claridad
  • Vivir con mayor inteligencia emocional
  • Ser más creativo

A continuación, te contamos 3 formas de contactar mejor con tus emociones y con tu sensibilidad.

3 Formas de ser más sensibles

1-Estar en el presente

Puede que no sea tarea fácil conectar con el momento presente, más si somos de sobrepensar demasiado. Lo cierto es que la mejor forma de empezar a conectar con nuestra sensibilidad y con lo que nos pasa, es estar más en el momento presente.

Dicen que la vida transcurre solo en el aquí y el ahora y es cierto. Por eso, si quieres ser sensible y empezar a ver tu lado más profundo, deberás estar observando cada momento, escuchando y prestando atención a lo que sucede contigo y también a tu alrededor. Si quieres indagar más en cómo poder conectar con el momento presente te dejo este link.

2-Relacionarse con las personas

Los otros son nuestros espejos. Nos muestran nuestros lados luminosos y los más oscuros. Evitar las relaciones sociales nos llenará de apatía y amargura. Si queremos empezar a desarrollar nuestra capacidad sensible debemos estar constantemente en contacto con las personas. Por más dolor que pueda traer una relación, siempre está colmada de experiencias y de aprendizajes, ten en cuenta que solo, encerrado, en un lugar lejano de la sociedad, nos perderemos de la sensibilidad que nos traen las otras personas, con sus formas, historias, comportamientos y sentimientos con nosotros.

3-Soltar el control

Usualmente hay una parte nuestra, que llamamos ego, que le encanta estar en control constante. Esta parte no permitirá que sientas emociones fuertes como el miedo o la angustia ya que teme a entrar en lo desconocido. Teme perder el control. Teme morir y renacer. Es uno de los problemas clásicos del ego. Es por esto, que soltar y dejar ir el control sobre lo que sientes es clave para poder empezar a desarrollar tu parte sensible y abierta.

Ten en cuenta que estos puntos no son de un día para el otro. Se trata de un trabajo constante contigo mismo y con los demás. Abrirse a sentir es conectar con el amor propio y el amor de los demás. 

Tente suficiente paciencia y verás cómo de a poco, empiezas a encontrar una versión 2.0 de ti mismx.

Los 3 Problemas más comunes del Ego

El Ego, también conocido como el Yo, es todo con lo que nos solemos identificar. Es la estructura psíquica que dice que somos un nombre, un trabajo o una profesión.

Al ego usualmente le gusta identificarse porque es donde se puede sentir tranquilo, sin perder el control o vivir emociones fuertes, donde le rompan la estructura que logró establecer en la vida. En este artículo vamos a entender un poco las artimañas más comunes del ego y qué problemas nos generan.

¿Qué es el ego?

El ego es la estructura psíquica que nos permite relacionarnos con los demás, generando un sentido de ser algo, alguien en este mundo. Mi nombre es “Juan”, soy “doctor”, tengo “36 años”. Esta estructura se suele diferenciar del inconsciente, la parte más oculta a la que el ego no tiene acceso. El ego es el que permite ponerle estructura a nuestra vida, ordenarla y que tenga un sentido racional. Tiene una utilidad principal que es el de relacionarnos en sociedad y también con nosotros mismos.

Los Problemas más comunes del Ego

La vida suele ser un cambio constante, es por eso que el ego, al que le suele gustar la estructura y la rigidez, se enfrenta a problemas de distinto tipo. Estos son los más comunes.

1. Identificarse con algo

Identificarse es necesario para vivir en sociedad. Tenemos nombres personales, roles y al ego le viene bien identificarse con algo, para sentirse en control y empoderado. 

El problema de esto es que la vida cambia y las circunstancias de la misma también. Lo que antes nos encantaba, por ejemplo: estudiar medicina, puede que ya no nos guste más. Puede que queramos estudiar otra carrera, hacer otras actividades, cambiar de pareja o simplemente irnos a vivir a otro lado. 

Todo aquello con lo que nos identificábamos se cae y eso trae mucho miedo, culpa y angustia, ya que no sabemos qué nos espera del otro lado.

Poder quitarnos la etiqueta que alguna vez nos sirvió es clave para poder vivir una vida sana y flexible, libre de angustias e inseguridades. 

Además, las etiquetas suelen fijarnos en formas de ser, establecidas en nuestra personalidad o incluso fijarnos en enfermedades que en verdad, son pasajeras. Por ejemplo: “soy depresivo” o “soy vago”. 

Esta etiqueta solo hace que estemos anclados a la patología o al problema sin poder salir del mismo, ya que una parte de nuestra personalidad, se define por ese problema.

Poder sacarnos las etiquetas que ya no nos sirven o no nos identifican, es necesario para poder abrirnos a lo nuevo y a lo diferente.

2. Sentirse superior o inferior

El ego tiende a sentirse más poderoso de lo que es. También puede sentirse inferior a lo que es. Tanto si se infla como si se desinfla, puede sufrir y mucho. Al creerse superior a los otros, solo se aleja de las personas. Esto genera frialdad y apatía, pudiendo incluso desarrollar un trastorno narcisista. 

Si se cree menos, inferior, puede suceder algo similar, nadie se nos acerca, la gente desconfiará de nosotros ya que ni siquiera nosotros mismos creemos en nuestras capacidades.

Lo que suele haber de fondo en ambos casos es una gran inseguridad de quién es realmente la persona. Se encuentra perdida y utiliza el poder o la victimización para eludir esta pregunta y la emoción profunda de sentirse realmente perdido o vacío en la vida.

Poder conectar y abrirse al amor es lo único que permitirá al ego dejar de sentirse superior o inferior a los demás, ya que el amor conecta a las personas al presente y a la realidad. La humildad es un aspecto clave para poder ablandar al ego y ser más empáticos con los demás.

3. Controlar todo

Algo que tenemos que tener cuidado es la tendencia a controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Especialmente con las personas. El ego muchas veces por evitar que lo lastimen, quiere controlar lo que hacen otras personas o lo que piensan de uno o una misma. Tengan cuidado con esto, porque solamente genera caos y miedo, afectando nuestra vida. Podemos lastimar mucho a una persona cuando queremos controlar todo lo que hace. También podemos sufrir de tristeza, apatía y hasta depresión cuando queremos controlar todo lo que pasa en nuestra vida, ya que no dejamos lugar a lo espontáneo, la sopresa, que es lo más lindo que tiene la vida. 

El ego realmente quiere controlar para evitar sentir emociones fuertes derivadas de un fracaso, una traición, una situación que le genere algún tipo de angustia. 

Poder entender que no controlamos lo que pasa a nuestro alrededor, es realmente liberador. Para esto deberíamos dejar lugar a la confianza, a la certeza de que las cosas suceden y están conectadas con nuestro propósito en esta vida.

El Ego como amigo

No es cuestión de querer erradicar al ego, disolverlo o destruirlo, es amigarse con estas tendencias que tiene y poder ser consciente de las mismas. Por eso, siempre es mejor amigarnos con esta parte nuestra que tiene miedo, inseguridades, que a veces piensa lo peor y lo más terrible. Hasta podemos reírnos si no lo tomamos como algo más que lo que es, el ego con sus miedos al cambio, con su temor a sentir y a transformarse en la experiencia de la vida.

Tener la humildad suficiente para poder conectar con las personas no desde el ego, sino desde el amor y el alma, es apuntar a una vida en un alto nivel de consciencia.

3 Técnicas para estar más en el Presente

Para muchas personas puede ser muy difícil vivir en el presente. La mente tiene la costumbre de divagar, de irse al futuro o al pasado o simplemente pensar en cómo resolver algún conflicto o problema. Esto nos saca del aquí y el ahora, lugar en donde realmente transcurre la vida. 

Además, el estar encerrados en la mente pensante, obsesionada con el futuro o divagando con lo que ya pasó, puede generar mucha ansiedad y estrés. La verdad es que si no estamos realmente conectados con el presente, seguramente estemos sufriendo algun tipo de síntoma desagradable relacionado con la salud mental. Estar en el presente es siempre sinónimo de salud. 

En base a esto es que te quiero compartir tres técnicas que pueden servirte para poder volver al presente, volver a sentirte más conectada o conectado con la vida misma. Se pueden aplicar en cualquier momento, donde sea que estés.

3 Formas de estar más en el Presente

1. Respirar

Parece muy simple, pero generalmente lo simple tiene más poder que lo complejo. Poder ser conscientes de nuestra respiración que siempre transcurre automáticamente, nos permite reconectarnos con nuestro cuerpo, volver a unir la mente con el cuerpo físico y retomar control del presente.

Puede ser 1, 2, 3 o la cantidad de respiraciones profundas que quieras, pero tienen que ser con intención, con voluntad de reconectarnos. Esta técnica nunca falla, es sencilla y enseguida podrás ver cómo el aire entra y sale de tus pulmones, calmando la mente, alejando cualquier pensamiento intrusivo y conectándonos con nosotros mismos. Aplicalo diariamente y estarás observando el poder de una meditación simple para sentirte mejor. Tiene el plus de aliviar síntomas como el estrés y la ansiedad.

2. Preguntate: ¿Cómo me siento?

Poder preguntarse cómo nos sentimos puede ser el comienzo de entrar en una emoción. Muchas veces nos vamos al futuro o al pasado en pensamientos debido a que queremos evitar una emoción dolorosa, algún tipo de angustia que evadimos para que no nos afecte. Poder darse cuenta de esta negación podrá afrontar la emoción y reconectarnos con el presente de forma sana.

Hay personas que pasan años evadiendo una emoción y por consecuencia, el presente. Recuerda que por más que evadas, la emoción no se irá a ninguna parte. Para poder ser más sensibles y conectar con el presente, puedes leer mi artículo sobre la mejor forma de desarrollar mi sensibilidad.

3. Observación

Puedes utilizar la observación para reconectar con lo que está pasando. Si estás en una reunión, escucha lo que están diciendo. Si estás solo, enfócate en el ambiente, los objetos, el paisaje que te rodea. La observación implica poner atención a eso que está pasando pero nos estamos perdiendo por estar encerrados en nuestra mente racional y pensante. Poder prestar atención y concentrarnos en lo que sucede a nuestro alrededor, puede ser una de las mejores formas de estar en el presente.

Una extra: La naturaleza

Quería dejarte con una forma extra de conectar profundamente con el presente y es salir afuera. Conectar con la naturaleza, un parque, playa, bosque o cualquier lugar que te quede cerca, que esté alejado de la civilización, permitirá que conectemos con nosotros mismos y con el presente tan preciado. Además, si puedes sacarte los zapatos e ir descalzo, bienvenido sea. Es increíble el efecto que puede tener apoyar los pies en el pasto o la arena, el cuerpo enseguida se reconecta con el alma, volviendo a disfrutar del momento presente.

Reflexión

Estar en el presente puede ser un desafío. Además, es dinámico. Puede que tengamos épocas que estamos con mayor ansiedad y el presente se nos escapa aún más. Es cuestión de querer volver, de querer estar mejor con nosotros mismos. Nada es estático y el trabajo de estar en el presente debería ser constante. 

No te juzgues por no estar conectado todo el tiempo. Simplemente fluye y entiende que nadie es perfecto. Estar intentándolo es lo importante. Si te juzgas volverás a caer en la trampa de la mente, de pensar que no eres perfecto, que te falta, que no eres suficiente. Estas creencias limitantes solo generarán más síntomas relacionados al estrés. Por eso acepta siempre tu proceso y cuidate de no caer en este tipo de trampas que tienen más que ver con el ego, que con tu alma.

Espero que te hayan servido estas técnicas para reconectar con el momento presente y sigas adelante en tu camino para conocerte a ti mismo.

La mejor forma de conocerme a mi mismo

Seguro te estás preguntando cómo conocerte mejor a ti mismo. Hay muchas técnicas y formas de hacerlo, pero en este artículo nos vamos a centrar en un solo punto esencial para conocernos a cada instante de nuestra vida. Si llegaste hasta aquí, es que tu chispa está encendida, entiendes que el proceso de conocerte a ti mismo es hermoso e infinito. Seguro que lo que te voy a compartir, va a aportar a tu proceso.

La mejor forma de conocerte a ti mismo

La mejor forma de conocerte a ti mismo es desarrollando tu sensibilidad. Si no sabes cómo hacerlo puedes ir a este link.

La sensibilidad te permitirá vivir cada momento con profundidad, aprovechando la experiencia de vida para saber más de ti mismo y conocer de qué estás hecho. Conocerte a ti mismo no será nunca un proceso racional o de lectura de libros o teorías complejas. Vendrá de experimentar la vida misma y para eso necesitamos de nuestra sensibilidad. Necesitamos tener la apertura de escuchar, de emocionarnos, de enojarnos, de frustrarnos y dejar que eso nos atraviese.

La capacidad de ser sensibles es inherente a todo ser humano. Conectar con nuestras emociones y sentimientos, permitirá que sepamos hacia dónde queremos ir, cómo nos relacionamos con las personas, con quién y qué cosas aprendimos del pasado y aplicaremos en el futuro.

La sensibilidad permitirá que cuestiones tu vida de una forma sana y profunda. Recuerda que conectarse con uno mismo y cuestionar la vida siempre es positivo. Es de dónde más podemos aprender.

Cuestionarse es positivo

Preguntarnos a nosotros mismos cuestiones cómo el sentido de mi vida, mi propósito o quién soy y de qué estoy hecho, siempre suma a nuestro autoconocimiento. No estamos hablando de ir por la vida pisando sobre arenas movedizas o cuestionar cada cosa que hacemos, sino más bien, poder reflexionar, ir hacia adentro y volver hacia lo profundo.

Cuestionar significa poner a prueba, significa recuperar tu libertad. A veces, vivimos mucho tiempo en modo automático, sin plantearnos si somos felices o estamos satisfechos con nuestra vida, rutina, trabajo y relaciones. Por eso el cuestionarnos puede aportar a empezar a mover los libros de lugar, los muebles, reacomodar la casa o mejor dicho, la consciencia. Este es uno de los grandes beneficios que trae nuestra sensibilidad, el poder generar esa revolución interna desde adentro.

El beneficio de ser sensible

El beneficio primordial es el de estar presente a cada momento. Poder conectar con lo que está sucediendo aquí y ahora, permitirá que entiendas un poco más de la situación en la que estás, aceptándola tal cual es. A partir de ahí, solo en ese momento, podrás hacer algo al respecto para cambiarla.

Es por esto que ser sensible trae muchos beneficios, pero el principal es el de estar presentes, no evadiendo lo que nos está sucediendo en este preciso instante.

Al estar presentes podemos:

  • Conectarnos con nosotros mismos
  • Reducir síntomas de estrés y ansiedad
  • Tener conversaciones más profundas
  • Mejorar nuestro tiempo de productividad
  • Entender mejor las situaciones y problemas de la vida
  • Conectar con nuestro propósito

Si te estás preguntando cómo estar en el presente, te dejo este link al artículo para lograrlo.

El problema de ser insensible

El problema de no sentir es que estamos negados, ciegos ante lo que está pasando dentro nuestro, en nuestro inconsciente más profundo. Si no sabemos qué sucede, entonces no podemos hacer nada para cambiar nuestra vida. 

Muchas personas piensan que no sentir es mejor, porque no sufren tanto. Pero en verdad una emoción dura en promedio 90 segundos, no más. En cambio, el sufrimiento de estar paralizado en la vida, sin saber qué nos pasa, puede durar para siempre.

Reflexión final

Te invito a que conectes con tu sensibilidad, que puedas permitirte ser más vulnerable, abierto a experimentar y así, lograr entrar en el camino del autoconocimiento profundo que siempre lleva a una mejor calidad de vida. Conocernos es evitar enfermedades, es tener mejores vínculos, es dejar de ser víctimas y recuperar el control de nuestra vida.